Raya y Víctor Frenkel fueron las voces doradas del doblaje de películas soviéticas durante décadas. En 1990, con el colapso de la Unión Soviética en puerta, el veterano matrimonio decide emigrar a Israel, al igual que miles de judíos soviéticos en busca de un mejor futuro. A los 60 años y tratando de preservar su carrera actoral, ambos se instalan en Tel Aviv, donde deberán conseguir trabajo en un país que no conocen, reinventar su vida y reencontrarse como pareja y con ellos mismos. Voces doradas es una emotiva tragicomedia sobre la migración, la dislocación cultural y la frágil comprensión de la identidad nacional; así como un sentido homenaje al arte del doblaje y el poder de la voz.